Acabo de abandonar la homeopatía, después de que mi alergia se haya multiplicado por mil con la maldita quercetina (entre otros principios). Así que, a la vista del moqueo, mantenemos una conversación inverosímil.
CARLA: Mamá. La gente antes, cuando no había farmacias, se moría de resfriado. Menos mal, papá, que tú no te has muerto.
FERNANDO: Si yo me hubiera muerto, tú no habrías nacido.
CARLA...: O sí. Sería otra diferente, aunque con el mismo presentimiento.
****** ********** *******
CARLA: Mamá. Cuando te mueras, te fabricaré una caja de cartón piedra con un cristal y te pondré en mi habitación. No quiero que te lleven a una tumba.
YO: ¡Ah!
Digo yo que tanta reflexión escatológica se debe a que acabáronse las vacaciones. O eso espero.
CARLA: Mamá. La gente antes, cuando no había farmacias, se moría de resfriado. Menos mal, papá, que tú no te has muerto.
FERNANDO: Si yo me hubiera muerto, tú no habrías nacido.
CARLA...: O sí. Sería otra diferente, aunque con el mismo presentimiento.
****** ********** *******
CARLA: Mamá. Cuando te mueras, te fabricaré una caja de cartón piedra con un cristal y te pondré en mi habitación. No quiero que te lleven a una tumba.
YO: ¡Ah!
Digo yo que tanta reflexión escatológica se debe a que acabáronse las vacaciones. O eso espero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario